Minas de Corrales celebró su 95º aniversario

Minas de Corrales celebró ayer sus 95 años desde aquel 9 de noviembre del 1920, que para la felicidad de todos sus habitantes, se lo declaró Pueblo.
El inicio de los festejos de la “IV Semana de Minas de Corrales”, el pasado viernes, reunió a autoridades locales y departamentales, vecinos de zonas aledañas y toda la comunidad corralense, que participó con mucha algarabía del desfile de carrozas, dando comienzo a la apertura de las distintas actividades culturales y deportivas que se realizarán durante la semana.
El Intendente Departamental Dr. Marne Osorio Lima, junto al Secretario General de la Intendencia Cr. Richard Sander, el Director General de Tránsito, Mauricio González, el Alcalde Washington “Tixe” González y el Secretario de la Junta Departamental, Ing. Abilio Briz Lucas, participaron del desfile caminando junto a la comunidad por la larga Avda. Dr. Francisco Davison.
La popular avenida se “tiñó de colores”; cientos de globos adornaron las diferentes carrozas de instituciones públicas y privadas, organizaciones sociales, centros educativos y clubes deportivos, conformados por niños, jóvenes y adultos, todos juntos celebraron los 95 años del pueblo que con la grandeza de su gente va rumbo a un feliz centenario.

CAMINATA POR LA VIDA
La campaña de seguridad vial “Caminata por la vida en el tránsito”, bajo la consigna “Cortemos esto”, se sumó al desfile principal con la presencia del Director General de Tránsito y Transporte y funcionarios de tránsito de la comuna y del municipio corralense.
El Intendente manifestó que “la seguridad en el tránsito es un compromiso que tenemos que asumir todos. No es tarea de un gobierno. Debemos ser responsables por nosotros y los que nos rodean. Hoy les quiero proponer un desafío de que Minas de Corrales sea un municipio sin siniestros o con el menor índice del país”.

UN POCO DE HISTORIA
Minas de Corrales debe su nombre a las minas de oro de la zona, donde José Suárez encuentra las primeras pepitas del metal precioso en 1820. Posteriormente obreros fueron penetrando en el cerro, formando galerías que -curiosamente- pasan por debajo de la villa.
Así fue creciendo la “capital del oro”, con inmigrantes que atraídos por la fiebre del metal noble formaron allí sus familias, enriqueciendo la zona de cultura y tradiciones, de un pueblo que hoy es rico en historia.