Rivera, viernes 26 de abril de 2024
A 10 años del ascenso de Frontera Rivera...

El Presidente de la gesta prefiere recordar la belleza de las rosas y olvidarse de las espinas

El Presidente de la gesta prefiere recordar la belleza de las rosas y olvidarse de las espinasEl Dr. Antonio Ariel Aguirre fue quien comandó el timón de aquel equipo. Criticado, mal interpretado y en muchas oportunidades personalista en las decisiones, supo llevar el mando con la experiencia de haber dirigido otras instituciones mucho más complicadas.
Hoy ha pasado el tiempo, las aguas han calmado, la razón prima sobre la pasión y lo interrogamos al respecto de esta experiencia inolvidable.
– Diez años de la gesta histórica de Frontera, ¿cómo lo recuerda hoy?
– Como una de las, sino la más, mayores alegrías de mi vida.
– Los hechos del ‘98, los comienzos, la decisión de alejarse del torneo, la formal recuperación y el triunfo final…
– En ese momento asumí la Presidencia del Club y hubo una reunión en la casa de Roberto Araújo y el escenario principal era retirarse del torneo. Bueno como hicimos entre todos los que estábamos esa noche, y otros que se sumaron a los pocos días (no quiero nombrar a queridos vecinos en esta entrevista y cometer el horror de olvidar a alguno); para no solo seguir jugando sino que nada menos que dejarlo en la “A”. A los diez años hoy agradezco a todos, y me muero de ganas de darle un abrazo a todos. Sobretodo agradezco el que hubieran permitido dirigirlos, presidirlos y aplicar en la práctica teorías que tenía de la administración deportiva.
(Y agrego que en momentos de esta entrevista está muy emocionado y con lágrimas en los ojos por el recuerdo de aquello que fue realmente inolvidable).
– ¿Qué significó ser Presidente del primer equipo del interior que ascendió por méritos propios?
– Esa alegría que le mencioné…
– Virtudes y defectos de la campaña…
– La gran virtud fue la administración, cuando eso funcionó con los mismos jugadores que íbamos últimos subimos a la “A”. Teníamos los recursos humanos, los recursos financieros que estaban solo había que juntarlos y gastarlos acertadamente y lo más importante los recursos de poder que eran los escasos. No hubo, en mi período, dispersión de poder, eso a lo cual no resiste ninguna empresa. Agradezco mucho que en ese período todos colaboraron en ese sentido.
– Emociones y complicaciones a granel…
– Eso no lo tiene solo el que no hace nada. Pero siempre he preferido recordar la belleza de la rosa y olvidarme de sus espinas.
– Un estilo diferente de conducir un equipo de fútbol….
– A mi modesto entender el único viable, las mismas herramientas adaptadas al fútbol que utilicé en la Dirección del Hospital de Rivera, en la empresas privadas que me tocó dirigir y que uso en la Inspección de Psicópatas del Ministerio de Salud Pública y en la Presidencia del Club Huracán.
– ¿Cómo vivió la clasificación a la Liguilla?
– La viví muy ocupado que no nos faltara nada. La única empresa que confió en llevarnos a Montevideo (a tomar goleadas como auguraban muchos) fue Agencia Central y a diez años no me canso de agradecerles.
– ¿Cómo vivió cada uno de los partidos de la Liguilla y la obtención del título?
– Con el corazón en la boca pero tranquilo. Walas (como debe leerse su nombre) con quien me reunía semanalmente me dijo antes del primer partido, Dr. ‘tamos volando… y el Profe me decía llegamos recién al mejor estado físico. Sabía que los otros equipos estaban ya fundidos, pasados. Claro si habíamos tenido unas vacaciones cuando casi nos retiramos. Confiaba en lo que me decía la parte deportiva.
– Recuerdos imborrables de la época…
– La entrada en la sede con el cuadro en la A. No pude hablar de emoción… Los de siempre dijeron que estaba ebrio, yo que siempre he sido abstemio… En fin… algunas espinas aún duelen.
– Algunos detalles más que considere oportuno agregar…
– Nunca se concretó lo que aprobó el Secretario General de la Intendencia Migorena con el apoyo del Intendente, de construir en la plaza de la Cuaró un memorial con el nombre de todos que hicieron eso posible y con un mástil con la bandera de Frontera-Rivera flameando permanentemente. Fue la única vez desde el 1956, que me vinculé a Frontera, que la familia estuvo unida y llevamos el cuadro a la A, no podremos ahora hacer ese memorial que el barrio se merece…

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