Rivera, jueves 25 de abril de 2024

Con las cartas sobre la mesa…

( Por Ariel Rodríguez). Finalizó la primera etapa de este largo proceso electoral, que se extiende hasta mayo del año próximo. Lo primero que debemos rescatar, es su realización en si mismo, se trata de ejercer la soberanía, de hacer de la vida democrática algo tangible, real. El domingo, quienes fueron a votar, fueron amos y señores de elegir que rumbo quieren para el país y eso no es poca cosa.
¿Y las encuestas?, no les fue tan mal, acertaron en algunas cosas y le erraron en otras, pero queda claro, como lo dicen hasta el cansancio sus principales técnicos, que la disputa real es el día de la elección, no antes y ahí se dan variables, imponderables que pueden cambiar el rumbo de lo previsto.
El tablero político se reacomodó y el soberano demostró que es más independiente de o que muchos a priori suponen. Por un lado el Frente Amplio sufrió en carne propia el desgate que significa el ejercicio del poder. No tuvo capacidad de convocatoria y seguramente será uno de los grandes problemas que deberá resolver de aquí a octubre. El Partido Nacional demostró que con trabajo y organización se pueden dar vuelta situaciones, que en materia política, de antemano parecen adversas y finalmente el Partido Colorado dejó claro que el peso de su historia lo lleva a estar vivo, a no dejarse morir y seguir plantando batalla.
Esta historia recién tuvo su primer acto y nada está dicho. Sobreviene ahora la campaña para la elección de Presidente de la República, ya hemos elegido a quienes queremos como representantes de nuestra colectividad política. Esperemos que ahora venga el tiempo de las propuestas, pero en serio. No el de la promesa facilonga, del discurso vacío. Esperemos que sea tiempo de cambio de ideas, de confrontación de proyectos de país y no de agravios. Esperemos que también sea tiempo en que el candidato no se encierre en la soberbia de su visión y sepa escuchar al ciudadano. Esperemos que sea una campaña de compromiso real y profundo con el país, con su gente. Las cartas están sobre la mesa y acá no hay “banca”, ni “punto”. Ojalá que al final ganemos todos.

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